La dependencia de las policías provinciales británicas del poder político quedó regulada con la Ley de Policía de 1964 a través de dos órganos: la Autoridad Local (Police Authority) y el Ministerio del Interior (Home Office). Otras leyes posteriores han venido a confirmar la validez de esta doble dependencia que todos estos cuerpos tienen, salvo el caso de la Policía Metropolitana de Londres que, al no contar con Autoridad Local, depende sólo del Ministerio del Interior y, además, es la corona quien nombra a su jefe de policía.
La Autoridad Local es un órgano formado por cargos locales electos y por magistrados. Sus cometidos son los de contribuir al 49% del presupuesto anual para dotar al cuerpo de los medios materiales necesarios (instalaciones, vehículos, equipos, etc.), nombrar al jefe de policía o máximo responsable operativo del mismo (Chief Constable) y, en general, mantener un servicio policial eficaz. No puede interferir en el trabajo que realizan los jefes de policía, lo cual concede a estos un gran margen de actuación sin injerencias políticas.
El Ministerio del Interior financia el 51% del gasto policial y tiene capacidad para regular los salarios, condiciones de trabajo, carrera policial y sanciones disciplinarias de los agentes. Igualmente, participa en el nombramiento y cese de los jefes de policía, determina las demarcaciones territoriales de cada cuerpo, gestiona los servicios comunes de policía (laboratorios, bases de datos informativos, academias policiales, etc.), ejerce ciertas facultades de inspección y control sobre los distintos cuerpos mediante una auditoría al año y, sobre todo, establece los planes anuales de objetivos que han de cumplir las policías provinciales.
Sobre la organización interna de cada uno de los 52 cuerpos de la policía del Reino Unido vamos a tomar como referencia a Scotland Yard. Compuesta por 25.500 agentes, a los que hay que sumar 11.000 empleados no policiales y 844 guardias de tráfico, se estructura en 24 divisiones territoriales mas una fluvial del Támesis. Las divisiones de tierra se subdividen en otras de menor tamaño y estas a su vez lo hacen en unidades, correspondiendo a cada unidad una comisaría que cuenta con servicios propios para actuar en el campo de la seguridad ciudadana, el orden público y la investigación criminal. Este diseño descentralizado se complementa con unos servicios centrales que se articulan en cuatro grandes departamentos llamados de Operaciones, de Tráfico, de Investigación Criminal y de Personal.
El Departamento de Operaciones se dedica al mantenimiento de la seguridad ciudadana y en él se hallan algunas secciones de apoyo, como por ejemplo la sección canina, que puede ser requerida para la localización de personas desaparecidas, estupefacientes y explosivos, o como los Grupos de Patrullas Especiales (Special Patrol Groups) adiestrados en antidisturbios.
El Departamento de Tráfico tiene la misión de la regulación y control del tráfico rodado de Londres, así como la investigación de los accidentes que con ocasión del mismo se produzcan. Además de agentes de policía, en él se hallan encuadrados los guardias de tráfico auxiliares no policiales.
El Departamento de Investigación Criminal dispone, entre otros, de grupos centrales para el mantenimiento de la información y los archivos policiales; recogida de evidencias del lugar de los hechos; investigación de delitos de gran movilidad o que son cometidos por bandas organizadas o terroristas. Además, con algunos de estos grupos Scotland Yard presta servicio al resto de cuerpos provinciales, como sucede con el fichero nacional de huellas y condenas, los laboratorios forenses de tratamiento de indicios o la investigación de organizaciones subversivas.
Finalmente, el Departamento de Personal se ocupa de la formación académica de los agentes y de todas las cuestiones administrativas relativas al personal.
Con respecto a la policía judicial, esta descansa sobre las Divisiones de Investigación Criminal de las policías provinciales, no existiendo una organización nacional de policía judicial adscrita. Para la investigación de los delitos que sobrepasen el ámbito local se han creado unos servicios llamados Regional Crime Squad, especialmente dirigidos a la lucha contra la delincuencia organizada. Por último, un aspecto judicial a destacar en la policía de Gran Bretaña es que al no existir la figura del fiscal, es la propia policía quien suple su papel presentando las pruebas incriminatorias ante el Tribunal.
Los servicios de inteligencia británicos se dividen en dos órganos. Por un lado está el Servicio Secreto de Inteligencia, llamado también MI6, que se encarga de todo lo relativo a la inteligencia exterior captando información fuera del país, luchando contra el contraespionaje en el exterior y realizando misiones secretas más allá del espacio territorial británico. Por otro lado se halla en Servicio de Seguridad, conocido como MI5, el cual se ocupa del contraespionaje dentro del territorio nacional y que se complementan con los departamentos especiales que algunas policías provinciales, como por ejemplo Scotland Yard, disponen para ejecutar las actuaciones operativas encargadas por el Servicio de Seguridad y así evitar que los miembros del MI5 se den a conocer.
En cuanto a la carrera profesional de los agentes, esta se inicia desde la base, comenzando todos como simples agentes para ir ascendiendo grado a grado. No obstante, los diplomados y licenciados universitarios disfrutan de ciertas ventajas que les permiten ascender con una mayor rapidez. Para ingresar en la policía británica hay que tener una edad comprendida entre 18 años y 6 meses a 30 años, ser de nacionalidad británica o pertenecer al un país de la Commonwealth residiendo en el Reino Unido, así como tener una estatura mínima de 1,72 mts. para los hombres y 1,68 para las mujeres. Las pruebas selectivas que los aspirantes deben superar no están unificadas y dependen de cada cuerpo policial. El periodo de formación básica tiene una duración de dos años, de los que siete meses son teóricos y el resto del tiempo se corresponde con prácticas en la calle. Existen nueve academias policiales en Gran Bretaña, ocho de las cuales están dirigidas a impartir la formación básica a los futuros policías y la novena los cursos de ascensos y especialización.
Por último sólo resta señalar sobre la policía británica que en ella no existe el derecho de libre sindicación, es decir, sus miembros no pueden afiliarse a ningún sindicato ajeno al cuerpo. Para resolver los problemas laborales que surjan en su seno existen tres asociaciones de corte sindical y a las cuales pueden adherirse los funcionarios policiales. Dichas asociaciones son la Federación de Policía, que aglutina a todos los policías hasta la categoría de superintendente, la Asociación de Superintendentes y la Asociación de Jefes de Policía, las dos últimas reservadas para mandos de alto rango.